Volver al Señor de la casa


Hace una semana tuvimos la experiencia de que un supuesto apóstol profetizó un terremoto para 180 naciones incluyendo a Panamá; fue tremenda la cantidad de veces que este señor envió la supuesta profecía trayendo inestabilidad en muchas personas, incluyendo "católicos". Lastimosamente esto es algo que últimamente se ha acrecentado, no solo en el ambiente protestante, sino también dentro de nuestra Iglesia trayendo un miedo en aquellos que lo escuchan o ven. 

Recuerdo que para los años 1986 en adelante, surge un anuncio de tres días de oscuridad y que solo se podían encender velas que estuvieran bendecidas, y en ese tiempo yo era seminarista y había que ver la cantidad de gente que iba a la Casa Cural a que el sacerdote les bendijera las velas, pero ninguno de ellos frecuentaba los sacramentos; sí, solo iban a la parroquia buscando la bendición de las velas. Han pasado 37 años de esto y nada sucedió, pero actualmente como que ha surgido esto nuevamente y no ha cambiado nada lo de las reacciones de los hermanos y hermanas. Mi opinión es que, no ha cambiado nada desde aquella época; ¿qué no ha cambiado? todos estos hermanos y hermanas que se asustan fácilmente con este tipo de mensajes son porque no los hemos evangelizados, no los hemos llevado a tener una experiencia con el Amor del Padre, no los hemos llevado a reconocer su pecado y recibir la Salvación en Jesús; no los hemos llevado a creerle a Dios en su Palabra y que esa fe se traduce en camino de conversión, no los hemos llevado a tener una experiencia poderosa con el Espíritu Santo, y algo muy importante es que no se congregan y viven una fe aislada y cimentada en arena, que los lleva a temblar y hasta sucumbir cuando salen este tipo de supuestas profecías. Si no hemos hecho lo anterior como evangelizadores, siempre correrán buscando sacramentales, y no los sacramentos, que es lo primero que deben frecuentar. Esto es mi responsabilidad y tu responsabilidad como evangelizador, pero no podemos evangelizar, si antes no hemos sido evangelizados ya que se habla tanto de comunidades evangelizadoras, pero que aun no están evangelizadas.

La primera lectura de este domingo, tomada de Is. 55, 6-9, nos da el mensaje que debemos predicar hoy en la Iglesia, pero estamos entretenidos dándole importancia a mensajes "proféticos" muchas veces al margen de la única revelación que es la Palabra de Dios. Te invito a escudriñar los versículos 6-8: "Busquen al Señor mientras lo pueden encontrar, invóquenlo mientras está cerca; que el malvado abandone su camino, y el criminal, sus planes; que regrese al Señor, y Él tendrá piedad; a nuestro Dios, que es rico en perdón". Desmenucemos juntos esta porción de la poderosa Palabra de Dios:

        Busquen al Señor mientras lo pueden encontrar: este es el mensaje central de la Evangelización Kerigmática, buscar al Señor. Quiero ser claro con lo que les voy a compartir y sobre todo muy responsable; no es correr a buscar velas benditas, no es buscar medallas para protegerme como si fueran amuletos; es buscar al Señor, buscarlo en su Palabra, buscarlo en la oración personal, buscarlo en la oración litúrgica de la Iglesia, buscarlo en aquellos que necesitan el Pan de la Palabra. Mi responsabilidad es esta evangelización fundamental para que esos hermanos busquen al Señor y no se entretengan en superficialidades. Tener velas y medallas benditas son sacramentales que nos ayudan en el camino de la fe, es lo que nos ayuda a crecer como católicos evangelizados; pero para crecer debemos haber nacido primero y esto se da en la evangelización kerigmática.

        Que el malvado abandone su camino, y el criminal sus planes: esta es la señal cuando una persona está evangelizada; es lo primero que hace, toma decisiones de cambio en su vida, abandona el camino que lo lleva de regreso al pecado, se aleja de aquellos que lo apartan de ese camino de conversión. Esto no lo va a lograr una vela o una medalla; lo va a lograr el poder intrínseco de la Palabra de Dios. Me dirás quizás que muchos cambian de actitud ante este tipo de mensajes; tienes razón, pero lo hacen por miedo y no por amor; cuando eres evangelizado dejas el mal camino y planes funestos por amor a Dios y no por miedo a Dios.

        Que regrese al Señor: la mayoría de los predicadores, hablan de regresar a la casa del Padre y más cuando se toca el tema de aquel muchacho que malgastó la herencia. Él volvió a la casa del padre, pero con una mentalidad de jornalero y no como hijo. Volvemos como hijo e hija cuando volvemos al Padre de la casa, y eso nos invita el Señor a través del profeta hoy, volver al Señor, no volver a la casa del Señor. Primero vuelve al Señor si no lo has hecho; si ya lo hiciste, invita a otros que vuelvan al Señor, y cuando todos hayamos vuelto al Señor entonces entremos a su casa a disfrutar de todas sus bendiciones, de su piedad y de su perdón. Es tirarnos en los brazos del Padre confiados en su amor, perdón y misericordia.

Dile a esa persona que sientes que anda atribulado, perdido, sin esperanza, sin paz, asustada, que la clave está en Volver al Señor de la casa.

Paz y bien.



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