No eres vencedor, eres más que vencedor



Te levantas al amanecer y ves en las noticias que estamos rodeados de batallas en todas partes del mundo, y cada día son más los países que van entrando en batallas. También existen las batallas internas en los países; batalla contra la inseguridad, batalla contra la corrupción, batalla contra las enfermedades, batalla contra el hambre, batalla contra la trata de personas, batallas internas contra todo; pero lastimosamente las estamos perdiendo por culpa de la mala administración y desenfoque de nuestros gobiernos.

Hoy estamos de fiesta celebrando a los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael; y la liturgia tomada de Ap. 12, 7-12a nos lleva a una gran batalla en el cielo, donde Miguel es uno de los protagonistas principales. Te invito a escudriñar el versículo 11: "Ellos lo vencieron gracias a la sangre del Cordero y con su palabra y con su testimonio, pues hablaron sin tener miedo a la muerte".

En este pasaje se habla del dragón, que representa el mal, es vencido en el cielo y arrojado a la tierra. En la tierra intentará herir a la mujer y a sus descendientes, es decir a la Iglesia que somos nosotros. Lo antes expuesto nos deja a nosotros entonces en la batalla contra el dragón y esta batalla no es física, sino espiritual. Al profundizar este versículo del Apocalipsis, lo escudriño como lo que es, una visión profética. 

        Ellos le vencieron: al leer esto, me apropio de esta palabra y la hago mía yendo junto con el amigo Pablo en Rm. 8, 37: "Pero en todo esto salimos más que vencedores gracias a aquel que nos amó". Gracias a la sangre del Cordero no somos vencedores, somos más que vencedores; y esto es un tema de fe y actitud, es pararnos como más que vencedores en medio de todas las tribulaciones que estemos pasando. Recuerda, eres más que vencedor gracias a la sangre del Cordero, y ese cordero tiene rostro y tiene nombre, Jesús. 

        Pues hablaron sin tener miedo a la muerte: estamos en batalla espiritual, todo lo que te está pasando es parte de esa batalla espiritual y es hora de colocarnos en el lugar de más que vencedores y enfrentarla con la palabra y el testimonio que tú y yo tenemos como lo dice el escritor en el pasaje que estamos escudriñando. Tenemos palabra dada por el Señor en toda la Biblia, y tenemos experiencia de Dios, experiencia de que hemos sido rescatados en la Cruz del Calvario para testificar lo que Dios ha hecho con nosotros en cada momento de nuestras vidas. No tengas miedo de hablar, no tengas miedo de testificar, hay muchos que están enredados en las garras del dragón y tenemos que evangelizar, tenemos que liberarlos con el Poder de la Palabra de Dios y de nuestro testimonio.

Te invito hoy a levantarte de tus miedos, de tus recuerdos, de tu pasado, de tus oscuridades, y asumas tu rol de más que vencedor; para eso naciste hermano y hermana; lo que estás pasando es parte del proceso, pero gracias a la sangre del Cordero eres más que vencedor. Me preguntarás ¿cómo asumo este rol en medio de lo que me pasa? Creyéndole al Señor en su Palabra, no es creer en Él, es creerle a Él; allí está la diferencia, allí está el mover de ese poder sobre tu vida.

Ya lo sabes, asume tu rol hoy; No eres vencedor, eres más que vencedor.

Paz y bien.

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