Matar el Yo




No pude temprano sentarme a escribir la reflexión de hoy porque tuve que ir a celebrar la Palabra en una comunidad de mi parroquia, y les comento que fue de bendición porque en el compartir de la liturgia de hoy, específicamente la primera lectura, una de las hermanas allí congregadas en la casa donde estábamos nos compartió un testimonio vivido hace poco tiempo.

Vamos a la primera lectura de hoy tomada de Col. 3, 1-11, y te invito a que juntos escudriñemos los versículos 1-3: "Hermanos: Puesto que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes de arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios. Pongan todo el corazón en los bienes del cielo, no en los de la tierra, porque han muerto y su vida está escondida en Dios". Vale la pena desmenuzar estos versículos, porque están preñados de mucha enseñanza:

        Puesto que ustedes han resucitado con Cristo: suena raro esto, porque para resucitar tenemos primero que morir, y resulta que Pablo nos escribe a personas que estamos vivas tanto a los Colosenses, como a nosotros. Vamos a aquella noche oscura donde está Jesús con Nicodemo en Jn. 3, 3-6: "Jesús le dijo: Te aseguro que el que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le preguntó: ¿Y cómo puede uno nacer cuando ya es viejo? ¿Acaso podrá entrar otra vez dentro de su madre, para volver a nacer? Jesús le contestó: Te aseguro que el que no nace de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de padres humanos, es humano; lo que nace del Espíritu, es espíritu". Aquí está claramente explicado lo que Pablo habla de resucitar con Cristo, es morir a la carne y resucitar a la vida espiritual, o sea a la vida en abundancia que nos vino a traer Jesús. ¿Cómo es eso Eduardo? Es comenzar un proceso de cambio de mentalidad (metanoia), comenzar el camino de conversión que me lleva a una experiencia de encuentro con el Espíritu Santo que es el que va a fortalecernos en la vida nueva que hemos decidido vivir. Esa nueva vida, es la vida al estilo del reino de Dios ya que este reino no es un lugar, es un estilo de vida que solo se vive cuando nacemos de agua y del Espíritu Santo. Cuando tuve mi experiencia con el Señor hace 25 años, yo tocaba música secular en bares, lugares de reunión, y no dejé de hacerlo porque era una entrada de dinero. Algo cambió en mí en esa primera experiencia, dejé de tomar licor, pero seguí amenizando fiestas y sentía que estaba haciendo las cosas bien. La gente comenzó a decirme que eso no estaba bien, y yo no veía nada malo porque ya no tomaba licor, pero la gente seguía insistiendo porque decían que las personas que iban a esas actividades sí tomaban licor, podría haber infidelidades en los que bailaban mi música, etc. Yo, caso omiso a esos comentarios, pero en el año 2000 tuve una experiencia con el Espíritu Santo donde me reveló esa verdad que me decían y yo no veía, y a partir de ese domingo le dije al Señor que mi música solo sería para Él en la evangelización y la adoración. Cuando tomé esa decisión estaba sin trabajo, y en esos días estaba practicando para tocar 4 días en una isla donde me iban a dar $1,000.00 por noche. ¿Te imaginas $4,000.00 por 4 noches? estaba resuelto por un buen tiempo, pero lo rechacé porque comencé a vivir una nueva vida, resucité con Cristo aquel domingo.

        Busquen los bienes de arriba y pongan el corazón en los bienes del cielo: hoy es todo lo contrario a esto, estamos buscando los bienes terrenales y poniendo el corazón en ellos. Aquí aprovecho para compartirles el testimonio que nos compartió esta hermana hoy: Pasó muchos años cuidando a su papá, son 5 hermanos y ninguno de ellos se preocupó por cuidarlo; ella se tuvo que desprender mucho de su esposo y sus hijos para cuidarlo. Antes de morir su papá, él le dijo que toda la herencia se la dejaba a ella porque fue la única que estuvo con él, y cuando su papá murió mucha gente le decía que lo justo era que se quedara con todos los bienes materiales tal como lo dijo e hizo su papá. Ella nos decía que eso la estresaba porque todos la presionaban y al final ella decidió repartir la herencia porque todos son hermanos y todos merecen que se les comparta lo que su papá había acumulado con tanto esfuerzo. Cuando ella termina de contarnos el testimonio, le pregunté ¿cómo te sientes? y ella con una hermosa sonrisa en su rostro me dice: en paz. Ella quizás en su poca educación, en su poca experiencia con la Palabra, nos enseñó lo que Pablo nos dice hoy que busquemos los bienes de arriba y que pongamos el corazón en los bienes del cielo. Todos los que la rodeaban, con sus comentarios le decían que pusiera su corazón en esa herencia, y ella lo puso, sin darse cuenta, en los bienes del cielo. Muchas veces vamos a la misión a evangelizar, pero muchas veces regresamos evangelizados por la gente sencilla. Cuando me despedí de ella, la abracé y le di muchas gracias por su hermoso testimonio.

        Den muerte, pues, a todo lo malo que hay en ustedes: la versión de la Biblia de Nuestro Pueblo dice: "hagan morir en ustedes todo lo terrenal". ¿Cómo hago morir lo terrenal en mí? muriendo al yo; allí está todo condensado. Cuando aprendemos a morir al yo, aprendemos a morir a todo lo malo, o sea a todo lo terrenal. Hoy que trabajo con parejas, me doy cuenta de que esta es la clave para que un matrimonio camine en victoria en medio de las turbulencias de su relación, porque caminar en victoria no significa que no habrá tormentas. En mi matrimonio, he aprendido junto con mi esposa a morir al yo. Un viernes tuvimos una discusión y cada uno tomó por su lado, yo me quedé en la habitación y ella se fue a la cocina, bravos los dos. Me puse a pensar, viene un fin de semana y qué pereza estar peleados, me levanté y le di un tiro a mi yo y me fui a la cocina, y cuando iba ella venía hacia el cuarto porque también había asesinado a su yo, nos dimos un abrazo y nos dijimos te amo cada uno y nos invadió esa paz que solo da el Señor. Te aclaro que ese paso se da sin importar quién de los dos causó la situación, solo se da y se sigue adelante.

El testimonio de esa hermana y lo que te acabo de contar, nos invita a cada uno de nosotros a buscar los bienes de arriba, poniendo en ellos nuestro corazón y aprender que, para que haya paz debemos Matar el Yo.

Paz y bien.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Nuevos Proyectos de Evangelización

Designado para algo grande

Avanza a tu Jerusalén