Estamos de paso


Anoche compartía con mis hermanos de la Capilla El Cristo de San Damián el tema Recibe la paz y algo que recalcaba es, que cuando un hombre y una mujer tiene una experiencia con el Resucitado se le nota en la alegría, no hay otra señal de esa experiencia ya que con esta señal viene todo lo demás. Al final de la jornada había rostros llenos de esa paz y alegría que solo el Resucitado da a aquellos que se acercan con sus cargas, con sus pecados, con sus pasados, con sus noches oscuras; el Resucitado sopló el Espíritu Santo y se manifestó con milagros, señales y prodigios tal como lo prometió en su Palabra. No hay mayor poder a la hora de evangelizar que lo que predicas tenga un testimonio que lo respalde.

La primera lectura de este día está tomada de 1 Tim. 1, 15-17, Pablo le escribe a su hijo espiritual Timoteo con la autoridad del testimonio, con la autoridad de poder contar su experiencia con el Resucitado. Escudriñemos el versículo 16: "Pero Cristo Jesús me perdonó, para que fuera yo el primero en quien Él manifestara toda su generosidad y sirviera yo de ejemplo a los que habrían de creer en Él, para obtener, la vida eterna". Todos conocemos la historia de este hombre, fariseo de pura cepa que defendió con pasión su fe en la Ley Mosaica, un hombre que estaba decidido acabar con el grupo de locos que creían en un hombre que ellos, los fariseos, vieron morir y este grupito decía que estaba vivo, que había resucitado. En su mente cuadrada no cabía esa posibilidad, y por eso decide un día, con cartas permisivas, ir a Damasco a darle fin a esta locura, pero algo sucede en el camino a Damasco, hubo un antes y después en su vida en ese camino, deja de ser un perseguidor y pasa a ser un seguidor de Aquél a quien perseguía a través de aquel grupito de hombres y mujeres que habían tenido una experiencia con el Resucitado.

        Pero Cristo Jesús me perdonó: es tremendo decir con tu vida que eres un hombre y una mujer perdonada por Jesús, ¿perdonó qué? perdonó todo, sin exclusiones, sin reservas, sin preguntas, sin reclamos; fuiste perdonado en la Cruz del Calvario, levántate en este día como un hombre y una mujer perdonada, levántate, porque la nota de cargo que había contra ti ya fue pagada con la última gota de sangre en esa Cruz. Es hora de que camines como salvado y no como ajusticiado.

        Para que fuera yo de ejemplo: aquí está el centro de la evangelización, ser testigo convencido y convincente de la misericordia del Señor. No se puede andar hablando por el mar de la evangelización de algo que no hayamos experimentado, es por esto que no hay frutos en nuestras evangelizaciones. Si alguien habla del perdón, es porque ha experimentado el perdón; si alguien habla de liberación, no debe tener ninguna atadura en su vida; si alguien habla del amor, debe ser el primero entre todos que se siente amado por Dios. Es urgente que surjan en la Iglesia hombres y mujeres que sean ejemplo para otros, ya hay mucho anti-testimonio en la Iglesia, ya hay muchos escándalos en los pastores y laicos, muchos han abandonado nuestras filas porque llegaron buscando luz para sus tinieblas y solo encontraron más oscuridad. Hoy escuchamos predicaciones tan vacías, porque no hay testimonio que fortalezca el mensaje que se está predicando. Antes de salir a evangelizar, te invito a que tengas una experiencia con el Resucitado; y si no la has tenido, por favor no vayas a evangelizar porque simplemente serás una campana que resuena.

Pablo estaba convencido de que su testimonio ayudaba a los que iban creyendo en Jesús, para obtener, la vida eterna. Hoy muchos predican de todo, menos de la vida eterna que es lo único seguro que tenemos tú y yo en esta muerte vital. Sí, hay una vida eterna esperando por ti y por mí, y somos responsables, tanto con nuestra vida, como con nuestras palabras de que los que nos escuchen alcancen esa vida eterna con el Señor. Hoy hay corrientes que quieren hasta anular lo que nos dice Pablo, quieren anular la Palabra de Dios para darle cabida a sus ideas antibíblicas y totalmente desviadas de la única verdad que es Jesús.

Cuidado, hermano y hermana, hay una realidad que no podemos escapar, solamente Estamos de Paso.

Paz y bien.

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