Ser santo es ser Jesús



Cuando visito alguna comunidad en la evangelización, trato de mantener una comunicación con los líderes y algunos miembros de la comunidad, vuelvo a visitarlos a manera de seguimiento, visito las casas para hacer la Celebración de la Palabra, principalmente a aquellas casas donde hay enfermos, personas que por su edad no vienen al templo; y es interesante porque la gente que no va al templo va a acompañar a la familia que visitamos. El miércoles fui a celebrar en una casa donde había una hermana que se congrega con los Testigos de Jehová, la invité a sentarse con nosotros y accedió acompañarnos. 

Esto es indispensable en la evangelización, el seguimiento a las comunidades evangelizadas, no dejarlas a la deriva porque las perdemos. Cuando le doy formación a los movimientos laicales que evangelizan con el Kerigma, los invito al seguimiento formativo ya que si no se les da este seguimiento son presas fáciles de las otras denominaciones cristianas ya que se los dejamos evangelizados y a ellos solo les toca la enseñanza progresiva de la fe, o sea, lo que llamamos nosotros la Catequesis.

En la primera lectura de hoy de 1 Ts. 4, 1-8, nuestro amigo Pablo nos presenta el seguimiento que le da a los hermanos de Tesalónica, a manera de seguimiento, dando una serie de instrucciones sobre la vida cristiana. Escudriñemos los versículos 1-2: "Hermanos: Les rogamos y los exhortamos en el nombre del Señor Jesús a que vivan como conviene, para agradar a Dios, según aprendieron de nosotros, a fin de que sigan ustedes progresando. Ya conocen, en efecto, las instrucciones que les hemos dado de parte del Señor Jesús". Vamos a desmenuzar estos versículos:

        Les rogamos y los exhortamos: Pablo primero les ruega, y al rogarle a los hermanos, les está pidiendo un favor en el nombre de Jesús. Al exhortar los incita a que hagan o dejen de hacer algo en el nombre de Jesús. Es interesante la mezcla de estos dos verbos en este versículo ya que Pablo les pide como favor que hagan algo y a la vez los incita con fuerza a que lo hagan. Es tremendo que los líderes nos dirijamos así a las comunidades que se nos han encomendado y no dejar que las cosas sigan como si nada estuviera pasando. Hay que hacer un alto y se comienza a hacer ese alto dirigiéndonos a ellos como lo hace este líder.

        Vivan como conviene: ¿cómo conviene vivir? Desde mi experiencia te puedo responder que conviene vivir dejándose amar por Dios, reconociendo que somos pecadores, aceptando todos los días que Jesús ya me salvó en la Cruz, creyéndole al Señor por la fe, viviendo esa fe dando testimonio de conversión, dejándome llenar cada día de ese Poder que nos dejó Jesús en la persona del Espíritu Santo y siempre congregándome en y como parte de un pueblo que es la Iglesia. Fuera de esto, no creo que pueda vivir como conviene.

        Agradar a Dios: el significado de agradar es complacer, contentar, gustar. Para los judíos agradar a Dios era hacer ayuno, limosna y oración. Para mí agradar a Dios es servirle en fidelidad, servirle con pasión, servirle con amor, servirle sin buscar aplausos, servirle buscando la salvación de los demás. Sirviendo así, siempre el ayuno, la limosna y la oración serán parte de este agradar a Dios.

        Según aprendieron de nosotros: en esto consiste el discipulado de Jesús, enseñar con la vida. Hoy hablamos tanto, pero vivimos poco lo que tanto hablamos. Pablo habla con su vida a los tesalonicenses, no se queda en palabras huecas, sino que hace vida sus palabras. Es urgente que vivamos hoy el Evangelio y no que vivamos del Evangelio. Nos dice Pablo VI: "El mundo no necesita maestros, el mundo necesita testigos". Hermano y hermana, si eres líder, los que te siguen que sea porque eres Jesús para ellos.

Escudriñemos el versículo 3a: "Lo que Dios quiere de ustedes es que se santifiquen". Me gusta la versión de la Biblia de Nuestro Pueblo: "Esta es la voluntad de Dios: que sean santos". Estoy convencido que Pablo resume todas estas instrucciones en que seamos santos. Santo viene del término hebreo "Kadosh" que significa puro, física y, especialmente, moral y espiritualmente. Esto es lo que quiere Dios apasionadamente de ti y de mí, que seamos puros integralmente; esto significa que, viviendo en el mundo, estemos separados de las cosas del mundo. No es aislarse del mundo como muchos piensan, es vivir en él, pero no absorbidos por él; y esto es lo que se convierte en atracción para muchos y por ende quieren estar cerca de nosotros. Ser santo no es andar con caras largas porque estamos rezando, es andar con alegría porque nuestra vida es una vida perenne de oración. Ser santo no es huir de aquellos que viven en pecado, es acercarme a ellos y decirles con nuestra vida que fuimos rescatados a un alto costo, de algo parecido a lo que ellos viven. Ser santo es caminar con gozo en medio de las tribulaciones porque sabemos en quién está puesta nuestra confianza. 

Todos los días oramos el Padre Nuestro, y le decimos que se haga su voluntad; ya sabemos entonces que la voluntad de Dios es ser santo y Ser santo es ser Jesús.

Paz y bien.


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