Oración que mueve los dinteles del cielo


Jn. 2,3-5. En mi caminar en los diferentes ministerios de la iglesia, he visto la mano de Dios moverse poderosamente en muchas ocasiones después de una oración de intercesión puntual por la consecución de algún milagro.

En el evangelio de este domingo, María nos enseña el itinerario del intercesor para conseguir el milagro de parte de Jesús. Vayamos a aquella boda en Caná de Galilea y veamos lo que sucede: "Y, como faltara vino, porque se había acabado el vino de la boda, María le dijo a Jesús: No tienen vino. Jesús le contestó: Mujer, ¿qué podemos hacer tú y yo? Todavía no ha llegado mi hora. Pero ella dijo a los que servían: Hagan lo que él les diga."

Hoy María nos enseña el itinerario de un intercesor capaz de mover los dinteles del cielo, veamos:
  • Y, como faltara vino, porque se había acabado el vino de la boda: un intercesor está pendiente de todos y de todas, no deja de mirar el cielo pero a la vez mira a su alrededor para conocer la realidad de los demás, un intercesor escucha a los demás, un intercesor se convierte en pastor para conocer a sus ovejas, un intercesor se hace uno más con los demás.
  • María le dijo a Jesús: No tienen vino: un intercesor sabe a dónde ir con la lista de peticiones que recoge después de mirar y conocer la realidad de los demás. Un intercesor sabe elevar su oración a aquel que es capaz de hacer posible lo imposible, un intercesor pide puntualmente por lo que necesita aquel o aquella por la cual está orando. María no le dice a Jesús que falta la bebida (jugo, soda, gatorade, agua, etc.), ella le dijo puntualmente lo que hace falta, el vino.
  • Mujer, ¿qué podemos hacer tú y yo? Todavía no ha llegado mi hora: nuestra oración siempre tendrá obstáculos cuando es elevada por y con amor, es parte del plan que no sea fácil conseguir el milagro ya que tendremos siempre algo o alguien que nos diga que para qué oras, es imposible o el famoso dicho árbol que crece torcido, muere torcido. Recuerda siempre, una oración sin obstáculo no llega a ningún lado.
  • Pero ella dijo a los que servían: Hagan lo que él les diga: es interesante ver que son pocas las veces que los evangelios narran algo que María haya dicho, pero en este evangelio lo dicho por ella es suficiente para impactar a todas las generaciones de hombres y mujeres que hemos tenido una experiencia personal con su hijo. Decía San Juan Pablo II: El sermón de María es Hagan lo que él les diga. El intercesor no se cansa ni deja de orar ante los obstáculos, simplemente sigue orando y es capaz de hacer que los demás escuchen a Jesús para luego hagan lo que él les diga.
Hoy día la iglesia necesita intercesores como nos lo enseña María en el pasaje evangélico de hoy, intercesores que oren con y por amor a los demás, intercesores aguerridos; decía San Vicente de Paúl: Dame un hombre de oración y será capaz de todo. Necesitamos intercesores que saben que al orar son capaces de todo, intercesores que saben que su intercesión es una Oración que mueve los dinteles del Cielo.

Dios te guarde.



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