¿Quién dice Yo?


Is. 6:8-9a. Cuando suceden catástrofes naturales, es admirable ver a hombres y mujeres que se enlistan como voluntarios para ir a esos lugares a rescatar a aquellos que han sido víctimas de estos desastres, hombres y mujeres que van dispuestos y dispuestas a enfrentar cualquier peligro y lo más loable de esto es que van sin esperar nada a cambio y a sabiendas que quizás no hay regreso a casa.

En el transcurso de los tiempos vemos en la Biblia historias de hombres y mujeres que fueron llamados por el Señor a realizar un trabajo específico, pero hay otros que se sumaron como voluntarios para trabajar en la obra; este es el caso del profeta Isaías en el pasaje de hoy: "Entonces oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién voy a enviar? ¿Quién será nuestro mensajero? Yo respondí: Aquí estoy yo, envíame a mí. Y él me dijo: Anda y dile a este pueblo lo siguiente:"

Lastimosamente en la iglesia hay muchos que no se suman como los rescatistas, con la excusa de que nadie los ha invitado a trabajar. En el pasaje de hoy vemos una realidad que me impactó cuando medité este detalle, Isaías no fue llamado por el Señor directamente, como lo hizo al profeta Jeremías, a Moisés y muchos más.

Veamos el itinerario de aquellos que anhelan servir al Señor como voluntarios:
  • Entonces oí la voz del Señor, que decía: un hombre y una mujer de Dios escucha la voz del Señor, no es levantarte hoy y te dan ganas de servir, es escuchar la voz del Señor por medio de la oración y la lectura asidua de su poderosa Palabra, es algo que vas escuchando en tu interior como también en tu exterior cuando el Señor te va confirmando con hechos concretos en tu día a día.
  • ¿A quién voy a enviar? ¿Quién será nuestro mensajero?: sencillamente esto es lo que escucha aquel o aquella que ora y medita su Palabra, miras el mundo y sientes la necesidad de rescatar almas, ayudar personas a salir de donde se encuentran, no quieres quedarte como un espectador más como hoy hay muchos, quieres ser protagonista en esta Divina Comisión.
  • Yo respondí: Aquí estoy yo, envíame a mí: esto es fascinante, es aventurarte a algo que quizás no sabes cómo hacerlo pero sabes bien quién es el que está pidiendo ayuda. Sí mi hermano, Dios necesita tu ayuda y la mía para llevar esta misión y tú y yo tenemos el poder de rescatar o no rescatar almas solo dando una respuesta como la de Isaías hoy. Es responder como el profeta sin preguntas, sin titubeos, solo convencido de que Dios te asistirá en la misión. Una de las excusas más latentes es decir que no estás capacitado, que hay otros mejores; Dios no llama a gente capacitada, Dios capacita a los que llama, recuérdalo siempre y no lo uses más como excusa para no sumarte.
  • Y él me dijo: Anda y dile a este pueblo lo siguiente: después de la respuesta viene inmediatamente la comisión, Dios no duda, Dios no dice "ok, pero espera un momento". Dios está consciente de que somos frágiles, temerosos, etc; pero confía en nosotros para llevar a cabo esta misión. Me causa gracia saber de que Dios, ante esta respuesta, no mira hoja de vida, no mira experiencia laboral, no mira estudios, no revisa referencias; solo mira tu corazón al dar tu respuesta, solo mira tu alegría al responder.
Hoy el mensaje es para ti, estoy convencido de que en algún momento has escuchado la voz de Dios preguntando en la calle, casa, iglesia, trabajo; que necesita obreros para llevar su amor, alegría, compasión, perdón. No te quedes con las ganas de experimentar algo distinto y súmate en tu iglesia o  congregación para ser parte de esta Divina Comisión. 

Como decimos acá en Panamá: ¿Quién dice Yo?

Paz y bien.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Nuevos Proyectos de Evangelización

Designado para algo grande

Avanza a tu Jerusalén