En el Camino Jesús hará lo demás


Lc. 17:12-14. En Panamá tenemos un dicho muy popular que dice "en el camino se emparejan las cargas", muy usado para indicar y motivar que hay que seguir adelante a pesar de todo lo que se esté pasando en el momento, o sea que nada es eterno, que todo pasa.

El pasaje bíblico de este día, es una historia parecida que se da en el camino. Caminemos juntos con Jesús: "Jesús llegó a una aldea, donde le salieron al encuentro diez hombres enfermos de lepra, los cuales se quedaron lejos de él gritando: ¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!. Cuando Jesús los vio, les dijo: Vayan a presentarse a los sacerdotes. Y mientras iban, quedaron limpios de su enfermedad."

Una de las cosas que me fascinan de Jesús, es su diversidad de metodología al realizar los milagros, no es rutinario, no hace siempre lo mismo; un día sana a un leproso tocándolo y otro día los manda a caminar. Para los que tenemos un ministerio dentro de la iglesia, esto es clave en la misión, ser creativos, originales y sorpresivos a la hora de evangelizar.

Regresemos al camino y veamos lo que sucede en esta historia:
  • Le salieron al encuentro diez hombres enfermos de lepra: esto es algo inaudito en el tiempo de Jesús ya que estas personas tenían que vivir marginadas, separadas del pueblo porque se les consideraba impuros. Hoy día todos tenemos algún tipo de lepra que no se ve, pero que es más impura que la enfermedad física y es el pecado que tenemos escondido. Estos diez hombres aprovechan la oportunidad y no se quedan tirados en su desgracia, en su triste historia, en su pecado y son capaces de romper los esquemas e ir al encuentro de aquel que podía cambiar su historia. Lo primero para ser tocados por Jesús es reconocer que están enfermos y que necesitan sanidad.
  • Se quedaron lejos de él gritando: ¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!: ya fueron atrevidos al salir de la cueva donde la sociedad los tiene marginados y su oración es un grito desesperado pero convencidos de que esta oración va a ser escuchada y atendida por el Maestro, una oración donde piden compasión, donde piden misericordia, donde solo piden que se les tomen en cuenta. Hoy hay muchos hermanos y hermanas marginados por sus errores que están clamando a quien sea, que se les tenga compasión. Quizás tú en este momento estás viviendo esta experiencia en lo más profundo de tu corazón y es hora de clamar al Maestro.
  • Cuando Jesús los vio, les dijo: vayan: ¡wao!, si mi hermano y hermana. Esto me sorprende porque estamos viviendo en un mundo donde no vemos, no hablamos ni escuchamos a nadie porque vivimos pegados en las redes sociales, vivimos inmersos en nuestros quehaceres diarios. Jesús se detiene en el camino y es capaz de escuchar, ver y hablarles a aquellos que están marginados, aquellos que la sociedad tilda de pecadores, impuros, sucios. Hoy Jesús se detiene en el camino de tu vida porque ha escuchado tu oración sincera, una oración que nace del reconocer que eres pecador, que ya no puedes más y que necesitas ayuda. Hoy Jesús te dice que es hora de avanzar al decirnos "vayan", es hora de caminar.
  • Y mientras iban, quedaron limpios de su enfermedad: así es hermano y hermana, hay que caminar, hay que avanzar. Muchos se han quedado en el camino esperando algo y por eso hay mucha gente viviendo tristezas, viviendo en las depresiones, dependiendo de pastillas; esto se da por el solo hecho de quedarse estancados y no caminar. Estos hombres no se quedaron allí parados, decidieron creer y caminar; imagínate salir de la cueva para ser sanados y escuchar que deben caminar. Comenzar a caminar no significa que vas a ver el milagro de una vez, yo me imagino a estos diez leprosos caminando y viendo su piel para ver algún cambio y nada; pero siguieron caminando a pesar que Jesús no les aseguró sanidad, solo les dijo vayan.
Hoy hay muchos que dejaron de caminar porque se cansaron de esperar, te invito a que retomes tu camino, no te detengas y si no has comenzado, te invito a que comiences a caminar confiado en que la palabra del Maestro se va a cumplir en tu vida y en la de los que te rodean. 

Hoy te invito a que reconozcas que estás enfermo, a que clames con una oración sincera y que camines porque En el Camino Jesús hará lo demás.

Paz y bien.

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