La Divina Omisión


Mt. 28:11-20. Hemos llegado al versículo que identifica a este blog, La Divina Comisión que lastimosamente ha pasado a ser desde hace mucho tiempo La Divina Omisión.

Veamos las últimas palabras de Jesús a sus amigos y amigas en el Evangelio de Mateo en los versículos 19 y 20: "Vayan, pues, y hagan discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo les he mandado. Y he aquí que yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo."

Qué hermoso leer esto y sobre todo el reto que estas palabras dejan en mi corazón, pero también qué tristeza saber que esto no es una realidad hoy en la Iglesia. 

Es interesante sentarse a leer lo que sucedió después de estas palabras de Jesús, disfrutar cada página escrita por Lucas en el libro de los Hechos de los Apóstoles y contemplar a estos hombres y mujeres salir a anunciar a Jesús sin miedo, sin reservas, sin protocolos, simplemente cumpliendo lo que Jesús les mandó a hacer.

En el blog de ayer compartíamos sobre el vayan, y hoy nuevamente Jesús les dice lo mismo, es que esto es clave para cumplir el mandato, es estar en movimiento, es estar en acción. Jesús necesita gente hiperactiva para llevar a cabo esta misión, gente atrevida, osada; así eran estos hombres y mujeres que escucharon este mandato en el Evangelio de hoy. Yo te invito a que vayas al libro de los Hechos y leas lo que sucedió después de Pentecostés.

Te imaginas una Iglesia así haciendo lo que dicen estos dos versículos? al imaginarla suspiro de dolor al ver que es todo lo contrario. Ayer conversaba con una hermana sobre el blog de las Tres "V" y vimos cómo se ha perdido el carisma fundacional en la Iglesia. Hermano la Iglesia nació para evangelizar, para anunciar la muerte y proclamar la resurrección de Jesús; no hay otra razón del nacimiento de la Iglesia y como consecuencia de este anuncio y proclamación es la enseñanza a cada uno de los evangelizados.

En las primeras comunidades la respuesta de esta evangelización era la conversión por medio del bautismo y luego la enseñanza; hoy día la Iglesia se ha convertido en una máquina dispensadora de sacramentos a un mundo de gente que no conocen a Jesús, que solo lo conocen como un personaje más de la historia humana.

La Divina Comisión es clara, primero se evangeliza (Kerigma) y luego se enseña (Catequesis), pero la Iglesia a caído en La Divina Omisión que consiste en hacer todo lo contrario o simplemente no hacer nada y solo dedicarnos a shows, eventos efímeros que solo llenan de sentimentalismo a los que van pero salen vacíos de lo único importante, de Jesús.

Es irritante ver a nuestros líderes religiosos hablando en los medios de comunicación de otros temas que en nada cumple con La Divina Comisión.

Hace unos días atrás conversaba con un hermano, que sé que está leyendo este blog, y me compartía que se fue de la comunidad donde participaba como miembro activo ya que salía de las misas totalmente vacío de Jesús porque el sacerdote solo hablaba de temas sociales y política y él y su familia necesitaba algo más que eso, necesitaba a Jesús. 

Hermano sacerdote, obispo, pastor, misionero, músico, salmista, teólogo, biblista, la gente quiere ver a Jesús y necesita que tú se lo muestre desde lo que haces, desde tu ministerio, desde tu vocación.

Hagamos un alto y retomemos el camino y dejemos de cumplir La Divina Omisión confiado de la promesa que Él estará con nosotros todos los días hasta el fin del mundo.

Paz y bien.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Nuevos Proyectos de Evangelización

Designado para algo grande

Avanza a tu Jerusalén