De Religioso Espectador a Testigo de Jesús


Jn. 3:1-21. Hablar hoy de ir a visitar a alguien de noche, es muestra de un gran cariño o interés por la persona visitada. En un mundo tan agitado, los enamorados sacan horas de la noche para visitarse y compartir de alguna manera lo que sienten el uno por el otro. Otros utilizan la noche para cenar y hablar de negocios; otros para compartir después de mucho tiempo de estar alejados.

En el Evangelio de hoy vemos la historia de Nicodemo que visita a Jesús de noche, veamos los versículos 1 y 2: "Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, magistrado judío. Fue éste donde Jesús de noche y le dijo: Rabbí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede realizar las señales que tú realizas si Dios no está con él." 

El evangelista nos aclara que Nicodemo no era cualquier fariseo, era un magistrado judío; o sea que era uno de los principales fariseos y por ende era un hombre muy ocupado en su día a día. A pesar de esta aclaración dada por el evangelista, muchos predicadores les he escuchado que Nicodemo fue a ver a Jesús de noche porque tenía miedo de que lo vieran con él.

Hoy día hay muchos "cristianos" que solo se acercan a Jesús en el anonimato porque les da pena que sepan que son cristianos ya que esto en la actualidad no vende, es un fracaso, etc; y ven en Nicodemo su santo patrono pero nada más lejos de la realidad del Evangelio.

Vayamos al texto bíblico, Nicodemo se acerca a Jesús porque estaba maravillado de los milagros que hacía, era un espectador y fanático de los milagros del Maestro de Galileo. Recuerden que estamos hablando de un fariseo, o sea de un hombre versado en lo religioso de la época y además con un alto rango dentro de la secta de los fariseos. 

Hoy día hay muchos Nicodemos dentro de la Iglesia, que solo son espectadores de los milagros de Jesús, Nicodemos dominicales, Nicodemos de eventos, Nicodemos de retiros, Nicodemos de conciertos, Nicodemos de novenas, Nicodemos de patronales; que solo nos quedamos en el instante, en la emoción y después de allí nada pasa. Esto es lo que se llama ser un verdadero religioso o religiosa. 

Hermano y hermana, la clave del cristianismo es pasar de esta religiosidad al nuevo nacimiento, pasar de ser un cristiano espectador de milagros a ser un cristiano testigo de los milagros del Maestro de Galilea, pasar De Religioso Espectador a Testigo de Jesús.

Revisémonos como Iglesia y veamos cómo estamos formando a aquellos que van a nuestros templos, qué le estamos dando en nuestras predicaciones, a quién le estamos mostrando como ejemplo a seguir. Los religiosos siguen hombres, los testigos siguen a Jesús. Es triste ver cuantos cristianos hoy siguen a un hombre y una mujer, esto es formar religiosos o religiosas ya que si estos hombres o mujeres caen, se van, simplemente sus seguidores se alejan o se van a otros lugares porque nunca vieron a Jesús en donde estaban, solo vieron hombres y mujeres frágiles.

Hoy es un buen día para pasar De Religioso Espectador a Testigo de Jesús.

Paz y bien.


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