Busca la Casa de la Misericordia

Jn. 5:1-18. Muchas veces me ha pasado que voy a un lugar a predicar un retiro, dar una enseñanza, ministrar en la música; y cuando termina todo siento que nada hice o lo que haya hecho algo le faltó y de repente alguien se acerca y me dice "gracias por la palabra, gracias por tal canción, Dios me habló, Dios me tocó". Después de esto medito y me digo: Dios me envió por esta persona. Igual pasa con la reflexión diaria por aquí, siento que no dije nada pero al leer los comentarios o los mensajes de texto que me envían las personas, me doy cuenta que cada reflexión es para alguien de parte del Señor.

Jesús en cada momento de los Evangelios, iba o hacía algo por alguien, nada era improvisado y hoy no es le excepción. Jesús fue a Betesda que es una piscina donde se creía que el Ángel del Señor bajaba de tiempo en tiempo y agitaba las aguas y el primero que entraba después de la agitación quedaba curado.

Este lugar estaba lleno de enfermos, ciegos, cojos, paralíticos; un escenario contrario a lo que vemos en nuestras piscinas. Te invito a que vayamos a Betesda y veamos lo que pasa en los versículos del 5 al 8: "Había allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús, viéndole tendido y sabiendo que llevaba ya mucho tiempo, le dice: Quieres curarte?. Le respondió el enfermo: Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se agita el agua; y mientras yo voy, otro baja antes que yo. Jesús le dice: Levántate, toma tu camilla y anda."

Antes de seguir te comparto que Betesda siginifica Casa de la Misericordia.

Treinta y ocho años enfermo! el problema de este hombre no era su enfermedad, el problema era su soledad. Jesús le hace una pregunta y este hombre contesta otra cosa, le expresa a Jesús que no tiene a nadie, este hombre expresa con dolor que está solo y eso lo tenía paralizado en todas las áreas de su vida.

Hoy día nos encontramos con muchos paralíticos que su mayor enfermedad es la soledad, los vemos en las casas donde muchos son invisibles, en los trabajos, en la calle, en las iglesias; hombres y mujeres que lo único que necesitan es ser escuchados, ser acompañados y esto es una de las causas mayores por lo que las personas busquen en las piscinas de la droga, alcohol, sexo, farándula, moda, suicidio, etc, la solución a sus soledades.

En cuál piscina estás hoy buscando ayuda o compañía? Te invito a que busques hoy tu Betesda, porque solo allí encontrarás a Jesús que quiere levantarte y te invita a que tomes tu camilla como lo hizo con este hombre, esa camilla donde estuvo postrado 38 años y salgas a mostrarla a los demás compartiéndoles de donde Jesús te ha levantado. La camilla es el testimonio que tenemos que mostrar a los demás y además es el recuerdo del lugar donde estábamos tendidos.

No olvidemos que la enfermedad que está acabando con la humanidad, es la soledad. Busca la Casa de la Misericordia y allí encontrarás a Jesús que te acoge y te levantará. 

Como evangelizadores busquemos a aquellos que están solos y llevémoslos a la Casa de la Misericordia para que tengan un encuentro personal con Jesús.

Paz y bien.