Amar es Sufrir


Mt. 26:69-75. El Evangelio nos presenta las famosas negaciones de Pedro, y digo famosas porque se ha hablado mucho de ellas en el paso de los siglos.

Vamos a detenernos en el versículo 75: "Y Pedro se acordó de aquello que le había dicho Jesús: Antes que el gallo cante, me habrás negado tres veces. Y, saliendo fuera, rompió a llorar amargamente".

Este versículo nos da el itinerario de un corazón arrepentido de su pecado y que vamos a enumerar de la siguiente manera:

1. Acordarse de las Palabras de Jesús: tú y yo hemos tenido en muchos momentos, encuentros con la Palabra de Dios, en nuestra lectura personal, en una imagen, al escucharla en la liturgia o en el culto, en una tarjeta, etc. No podemos decir que no hemos escuchado nunca la Palabra de Dios. El punto aquí no es eso, el punto es acordarse de ella en todo momento, tenerla en la mente y en el corazón. En un momento crucial como el de Pedro, es poderoso acordarse de ella porque te va a dar una oportunidad más, te va a hacer reflexionar sobre lo que ha pasado, te ayudará a tomar buenas decisiones, te va a dar paz. Unos versículos atrás, Judas hizo lo mismo que Pedro, la diferencia es que Judas no se acordó de las Palabras de Jesús y tomó una mala decisión.

2. Saliendo fuera: si mi hermano, suena que ni modo para dónde vas a salir, pero la Escritura lo recalca porque es necesario que salgas de donde estás en este momento, que te alejes de allí porque en ese lugar, esa persona, no es lo que Dios tiene para ti. Siempre les digo a las personas que me preguntan cómo sé que es de Dios hermano?, simplemente les digo, si te da paz quédate pero si es lo contrario sal de allí. Muchas veces es necesario salir de allí, toma esa decisión radical que tú sabes que debes tomar, Él ha prometido estar contigo todos los días, acuérdate de sus Palabras y busca fuera de allí lo que anhela tu corazón.

3. Romper a llorar amargamente: simplemente es arrepentirse de corazón por lo que haya pasado. Es hermoso ver a Pedro llorar así, un hombre tosco, duro, fuerte, de avanzada; y de repente todo se va a un lado y se quiebra por completo, su corazón se vuelve una pasita y su llanto amargo, lleno de dolor es un llanto de amor por aquel a quien le falló. Este es el llanto de un hombre y una mujer que de corazón está arrepentido y humillado, un corazón que reconoce su pecado. Judas, vive la misma experiencia, solo que él no lloró y fue directo a la horca. 

Tú que lees este blog hoy, es necesario llorar, es necesario sacar ese dolor, ese remordimiento, es necesario esperar después de estos tres pasos la Misericordia de Dios sobre nuestras vidas.

Recuerdo una salsa que dice: Querer es placer, Amar es Sufrir.

Paz y bien.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Nuevos Proyectos de Evangelización

Designado para algo grande

Avanza a tu Jerusalén