Misionero Callejero

Mt. 21:1-11. Dos acciones que se convierten en una comisión, desatar y traer. Si miras a tu alrededor hay mucha gente atada a miles de cosas, atadas al dinero, atadas a la fama, atadas en sus historias, atadas en sus pasiones, atadas en los juegos de azar, atadas a personas, atadas al pecado y nada de esto los está haciendo feliz.  Hace unos días conversaba con alguien que vive atada a una persona por muchos años y a simple vista se ve que no es feliz, me le acerqué y le pregunté si era feliz y me dijo que no lo era. Cuánta gente está así hoy!, te invito a que vayas al espejo y al mirarte pregúntate si tú eres feliz. Hay muchas personas que sienten ese llamado de ir a desatar, pero no pueden traerlos a Jesús porque simplemente ellos no han experimentado esa liberación; hermano ir atado a desatar a alguien, quedarán 2 atados paralizados; primero te invito a que permitas que te desaten para luego cumplir esta hermosa misión de desatar y traer. Este mensaje es para ti que estás

Jn. 21:15-19. Esta invitación la vemos en todas las redes sociales y todos quieren ser seguidos en cada una de ellas sin importar quién sea el seguidor, lo importante de esto es la estadística.  En este Evangelio, Jesús también pide ser seguido a Pedro, pero antes de darle click le hace una sola pregunta, "Simón de Juan, me amas más que éstos?". Esta pregunta encierra un requisito poderoso para ser seguidor, amar al que sigues; imagínate si este fuera el requisito para dar click en follow me en las redes sociales a quién deseas seguir!. Sigues a Jesús? Por qué lo sigues? el motor para seguirlo es el amor, esa es la razón para seguirlo; hoy Jesús tiene muchos seguidores pero pocos lo siguen por amor, muchos lo siguen por necesidad, pocos lo siguen por amor. Amar a Jesús se resume en dos acciones tangibles, amarlo a El sobre todas las cosas y amar al prójimo como a nosotros mismos, estas dos acciones van de la mano siempre, y es por eso que Jesús le contesta a Pedro &qu

Mt. 20:17-28. Hoy el Evangelio nos habla del servicio a los demás, algo que prácticamente no existe en nuestro día a día porque hablar de servicio hoy, es sinónimo de debilidad, de humillación, de rebajarse. Vivimos un tiempo, en todas las áreas de nuestra vida, de querer sobresalir, de pasar por encima de los demás, del quítate tú para ponerme yo y esto sin importar lo que se tenga que hacer. Hoy una madre, en este Evangelio, aboga para que sus hijos tengan puestos de honor, y Jesús les dice que esos puestos solo se ganan sirviendo a los demás. En el mundo de hoy hay muchos puestos que se ganan con diplomas, dinero, influencias, etc; pero la verdad nada de estas cosas te darán la felicidad si tu servicio no es con amor y entrega a los demás. Cuántas frases se escuchan en nuestro entorno, eso no me toca a mí, eso que lo haga otro, para eso no me pagan, yo no estudié tanto para hacer tal cosa, etc. Hoy la invitación es para ti, vive tu cristianismo de otra manera, sé testigo de

Mt. 20:1-16. Esta invitación aún está en pie para ti, esta invitación no tiene fecha de caducidad. Estamos viviendo un tiempo donde está faltando el vino del amor, el vino de la paz, el vino de la inclusión, el vino del perdón; los viñedos están solos, se están quedando vacíos por falta de trabajadores que vayan a exprimir las uvas de donde sale el vino que está carente. Dónde están entonces los obreros? Están en sus casas, en sus trabajos, en el bus, en el taxi, los domingos están en las playas, en los campos de juego; los obreros están leyendo este blog y te quiero decir que este "Vayan también ustedes" es para ti hoy, estamos urgidos de hombres y mujeres que se atrevan a decir Si al llamado y comenzar a trabajar en el proyecto de salvación. Estoy muy joven, estoy muy viejo!, este llamado es a cualquier hora, no importa tu edad, tu condición social, tu denominación, etc; el Señor sale a cualquier hora a buscar trabajadores porque necesita de ti y de mi para este pr

Lc.1:57-80. Hoy recordamos el nacimiento de un personaje fascinante de las Sagradas Escrituras, Juan Bautista, que nace a partir de una Promesa de Dios a su padre Zacarías. Quiero que veamos a Zacarías, que es un personaje poderoso en esta historia y dejamos a un lado a Juan de quien mucho se ha hablado en nuestros templos. Es interesante ver a Dios prometiendo y cumpliendo sus promesas, pero es más interesante saber que aún Dios sigue cumpliendo sus promesas hoy, no es un Dios del pasado, es un Dios actual, un Dios del HOY . Te puedo compartir muchas promesas de Dios a mi vida y ninguna ha dejado de cumplirla, ha habido momentos de dudas como la de Zacarías al escuchar que a pesar de su edad él y su esposa Isabel iban a concebir un hijo, pero aún así Dios cumple sus Promesas. Cómo puedes escuchar una Promesa de Dios? Como Zacarías, en la presencia de Dios, en la intimidad con El, allí es el lugar donde Dios te va a hablar al corazón, te va comentar sus planes para ti, es all

Mc. 4:35-41 . Si sientes que tu vida, tus cosas, están en el atardecer o sea rumbo a la oscuridad, rumbo al final, rumbo al ya no puedo más; Jesús te invita a pasar a la otra orilla, te invita a que te muevas, a que des pasos, a que avances aunque no veas nada adelante, aunque no sientas nada.  Esta decisión de avanzar no te exime de que haya tormentas en el camino, pero aunque en medio de esas tormentas sientas que Jesús no está, no dudes que cuando El te invita, significa que estará contigo como lo hace en el Evangelio, estaba con los discípulos pero el miedo, el ruido, las olas, los hizo dudar y los lleva al pánico que los hace clamar por salvación.  Si sientes en este momento que se te acaban las fuerzas, que tienes ganas de gritar, solo hazlo y El te responderá dando una orden a tus tormentas, a tus preocupaciones, a tus miedos, a tus tristezas:  "¡Calla, enmudece!". A Jesús tú le importas, eres valioso y valiosa, así que no temas porque El va en tu barca aunque

Tenemos las barcas, las redes y el mar, pero dónde están los pescadores?. Este es un tema donde la Iglesia se ha quedado rezagada en el tiempo ya que nos hemos acostumbrado a estar en la zona de confort, de esperar que las personas vengan al templo y simplemente somos felices con los que tradicionalmente llegan los domingos o días de fiestas que cada día son menos porque no han tenido un encuentro poderoso con el Resucitado. Es hora de tomar las redes, montarnos en las barcas e ir por el mar inexplorado y poco navegado del evangelismo, cumpliendo la Divina Comisión dada por Jesús que con el correr de los siglos se ha convertido más en la Divina Omisión.