Regla de Vida Personal

Lc. 6:27-38. Hay una frase tan común que se dice a diario, "yo perdono pero no olvido"; ¿qué opinas tú de esta frase?, ¿has perdonado y olvidado?. Medita en esto antes de seguir leyendo el blog.

El evangelio de hoy nos da, de manera sencilla, el itinerario para que tú y yo seamos felices y vivamos en paz. Nos detenemos en el versículo 37: "No juzguen y no serán juzgados, no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados."

Jesús nos da tres tips para nuestra Regla de Vida Personal, veamos cada uno:

• No juzguen y no serán juzgados: lastimosamente tenemos una vasta experiencia en juzgar a los demás por las apariencias, por su forma de hablar, por su pasado, etc. Hoy Jesús nos dice que no juzguemos, no es opcional ya que es un mandato para vivir en paz. En nuestro día a día, en cada área donde nos movemos, casa, trabajo, iglesia; vivimos del juicio a los demás, destruimos personas sin conocerlas, alejamos personas del entorno donde nos movemos. Cuántas personas con mucho para dar se han ido de nuestras iglesias porque han sido juzgadas sin misericordia, juicio este que nace de la envidia de no tener lo que otros tienen.

• No condenen y no serán condenados: esto es consecuencia del juicio; no solo juzgamos, sino también que condenamos a los demás, los hacemos sentir culpables de algo que según nosotros es justo. Cuántas personas no han podido levantarse humanamente porque la condena ha sido tan dura, que los han incomunicado con los demás, se sienten tan culpables que los ha llevado a la depresión e incluso al suicidio. Lee bien esto que te voy a decir: "Ninguno de los que están leyendo y escribiendo este blog, tiene la autoridad moral para señalar al otro u otra."

• Perdonen y serán perdonados: comencé este blog preguntando tu opinión sobre "yo perdono pero no olvido", y estoy seguro que más del 85% se respondió que eso está mal. Comienzo diciéndote que perdonar no es olvidar, perdonar es recordar en paz. En nuestra Regla de Vida Personal, esta es la más difícil de las tres, porque estamos tan llenos de rencores, recuerdos, decepciones, odios, y esto hace un peso tan grande que impide que el perdón fluya desde nuestro corazón, siendo más fácil que salgan los deseos de venganza. Te invito a que te mires en el espejo y te des cuenta que simplemente no eres feliz y esa infelicidad por la falta de perdón, la estás transmitiendo a tus generaciones, condenándola a vivir lejos de tu familia, esa familia que Dios te regaló con virtudes y defectos. ¿Quieres ser feliz un instante? véngate; ¿Quieres ser feliz toda la vida? perdona.

Hoy es el día para hacer un alto y pedir perdón a aquellos y aquellas que tuviste la osadía de juzgar y condenar sin misericordia al anonimato y a la soledad; pero también es el día de ir a buscar a aquellos que te han hecho daño en tu vida y perdonarlos de corazón para que tú y tu familia sean felices y vivan en paz.

Que esta sea tu Regla de Vida Personal a partir de hoy, solo son tres cositas sencillas que tenemos que hacer y tenemos todo lo bueno asegurado.

Paz y bien.