Reconoce tu Pequeñez


Lc. 5:1-11. Al leer este evangelio que nos regala la liturgia, me dan muchas ganas de agradecerle al Señor por dos cosas; por el llamado que me ha hecho, un llamado que pase lo que pase ha seguido tocando a mi corazón y la facultad de asombrarme al ver los frutos como resultado de mi respuesta a ese llamado.

Te invito a que nos subamos a una barca junto con Pedro y Jesús en el lago de Genesaret, en los versículos 8 y 9: "Al verlo Simón Pedro, cayó a las rodillas de Jesús, diciendo: Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador. Pues el asombro se había apoderado de él y de cuantos con él estaban, a causa de los peces que habían pescado."

Nuestro hermano Pedro está viviendo una experiencia poderosa con Jesús, que es el resultado de la obediencia a su palabras que remara mar adentro aunque haya pasado toda la noche remando y no haya pescado ni un solo pez.

Este blog está dedicado para ti que eres un hombre y una mujer que tienes un llamado del Señor para hacer cosas grandes en su nombre; hace mucho tiempo llevas ese ardor en tu corazón pero aún te sigues preguntando en qué consiste ese llamado; hoy es el día para subirte en la barca y remar mar  adentro.

Escudriñemos lo que pasa con Pedro hoy: 
  • Profesión o Vocación: Pedro es pescador de profesión de muchos años , pero Jesús está buscando en él, que encuentre  su vocación en medio de la profesión. Hoy hay muchos evangelizadores que anuncian a Jesús como un trabajo o profesión y por eso han caído en la rutina de hacer lo mismo de siempre y esto se refleja en el resultado de la pesca. Recuerda que la iglesia no fracasa por el mensaje, porque es el evangelio que se anuncia, sino que fracasa por la metodología.
  • Obediencia: esto es crucial en la evangelización, escuchar al Señor y obedecerlo en el mandato de remar mar adentro, la obediencia lleva consigo de la mano el atrevimiento, la osadía de responder con actos concretos al llamado que sabes que tienes. Hay muchos que se pasan toda la vida preguntando al Señor cuál es su llamado, solo porque tienen miedo de subirse a la barca y remar mar adentro pensando más en el resultado que en la misión encomendada.
  • Reconocer tu pequeñez: me fascina ver a Pedro tirado en el piso de la barca reconociendo lo que es en realidad, un pecador. Esto es tan hermoso, ver los frutos y asombrarte orando que sin el apoyo del Señor no hubiesen los frutos que hoy estás viendo en tu ministerio. Si aún no has visto los peces, es porque simplemente has hecho el trabajo como una profesión y no has sido obediente al llamado hecho por Jesús.
Ya lo sabes evangelizador y evangelizadora, es hora de romper los esquemas, hacer cosas diferentes para anunciar a Jesús, es hora de navegar mar adentro sin miedo confiando que Jesús va en tu barca y los peces serán abundantes que quedarás asombrado y que tu asombro te lleve a reconocer cada día que la obra se hizo juntos tú y el Señor.

Presume hoy que Jesús te necesita para pescar, sin olvidar que tú lo necesitas a él; o sea, Reconoce tu pequeñez.

Paz y bien.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Nuevos Proyectos de Evangelización

Designado para algo grande

Avanza a tu Jerusalén